jueves, 9 de abril de 2015

FETICO: “Somos un cáncer para los trabajadores”

Segunda parte. Entrevista a un exdelegado de FETICO: “Somos un cáncer para los trabajadores”
Por Marcel Vallejo
En la primera parte de la entrevista, de la semana pasada, con un exdelegado de FETICO terminábamos hablando de la formación. Nuestro protagonista aportaba un mail donde se demostraba, entre otras cosas, que la inspección requería cuestionarios sobre la formación hechos por distintas personas y que el sindicato hacía trampas, enviando a estas personas los formularios ya rellenos para que sólo tuvieran que copiarlos y firmarlos.
- ¿Era una práctica común?
Sí, y por lo que se ve todos los días por televisión parece que se sigue haciendo. Pero ese no era el mayor chanchullo. Yo mismo he hecho cursos a nombre de otras personas, utilizando sus documentos de identidad. Los responsables nos decían que teníamos que rellenar los cuestionarios de los cursos con cuidado. Equivocarnos adrede en algunos para que no parecieran todos iguales
- ¿Nadie decía nada en aquel momento?
Lo hablábamos. Alguna vez alguien lo preguntó pero la contestación siempre era la misma, nos decían que no nos  preocupáramos, que lo hacía todo el mundo, que no pasaba nada.
- ¿Había mucho dinero para formación?
Pues sí. Es muy delicado. Lo peligroso es recibir el dinero, gastarlo, y no en formación, y luego cuando no puedes demostrar que lo has gastado en cursos y lo tienes que devolver tener que pedirlo a otros para rellenar el agujero y que te puedan seguir concediendo más.
¿Eso ha pasado en FETICO?
Prefiero no contestar a esa pregunta, es algo que tendrá que dilucidar la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid, porque ya hay una denuncia de algunos compañeros, como publicasteis hace unos días. De todos modos quien podría contaros muchas cosas es César Cabezas Díaz, que fue el último responsable de formación y desapareció misteriosamente después de una despedida tragicómica.
 
- Cambiemos de tercio. En un apartado de la denuncia que obra en nuestro poder nos llama la atención el adjetivo “amiguismo” que se utiliza para nombrar cargos representativos o responsables sin votación ni elección por medio ¿Es cierto?
Sí. Como no se convocan congresos pues se elige así. Pero además llenamos las sedes de colegas. Es una cosa muy usual en Antonio Pérez, uno de los vicesecretarios generales y secretario general de la sección sindical de El Corte Inglés. Este señor quita y pone con el fiel consejo de las empresas. Eso es de dominio público. Imagino que los demás harán igual, pero hay un caso muy reciente con la incorporación a FETICO de un ex liberado de FASGA que ya pulula por todos lados dando órdenes a diestro y siniestro fichado por este señor, a instancias de algún jefe de recursos humanos muy espabilado. Es muy común también firmar papeles y actas diciendo que eres secretario general sin haberte elegido nadie, como el caso de Óscar Rodríguez en FETICO Madrid. Este es el negocio en lo que se ha convertido el sindicato
 
-¿Ve usted alguna solución?
Yo, por suerte, ya estoy afuera. Da pena, es cierto. De ser un sindicato moderado, de concertación y respetado por todos hemos pasado a ser un departamento empresarial calcado al sindicato decadente y sin sentido que es FASGA. Creo que tienen que ser los afiliados, apoyados por los delegados de los centros, los que pidan explicaciones
-¿Cómo cuáles?
Muchas. Por ejemplo qué es lo que hacen con su dinero, el de las subvenciones, dónde están los cursos de formación... Mire, en el parking de la sede en la calle Orense hay un coche aparcado, un Audi A1 para ser más exactos, que el sindicato paga, no sé si para pasear a los empresarios o a ellos mismos, que cuesta al mes casi 400 euros. Y no es el único coche ¿Saben esto los afiliados y delegados? Sabe cuántos carnés de afiliados hay que hacer para pagar sólo este coche? Yo se lo digo, ochenta. Quiero decir que el dinero de ochenta afiliados va para pagar todos los meses este u otros caprichos.
 
– ¿Cuando habla de pasear a los empresarios lo dice por algo en concreto?
Es una forma de hablar. Aunque es verdad que la relación de los responsables del sindicato con las empresas es magnífica
–Lo dice usted con mucha sorna.
Sí, es que recuerdo alguna vez cuando algún empresario, bueno, digo mal, algún representante de las empresas, ha venido a la sede lo hemos tenido que tratar como si fuera un jeque árabe. Han faltado las alfombras y las pieles
-¿Por qué hace esa diferencia entre empresario y representante?
Creo, y no me gustaría equivocarme, que los empresarios, los “dueños”, no se enteran mucho de la mayoría de las cosas. Que sus jefes de relaciones laborales y recursos humanos les consigan buenos convenios es una cosa, discutible, claro, pero no creo que conozcan ni el diez por ciento de los chanchullos que existen entre éstos y los dos grandes “sindicatos” del sector. Creo que se les caería la cara de vergüenza
-¿Chanchullos, explíquese mejor?
Por ejemplo que los sindicatos también reciben dinero de algunas empresas
-¿En concepto de qué?
No lo sé, peo sí tengo facturas que corroboran lo que les digo. Facturas que se envían y luego se cobran con emails por medio diciendo: “Acuérdate de que no aparezca FETICO en la factura” O también gastos de viajes…
Quedan muchas cosas de las que hablar. Emplazamos a nuestro interlocutor a que siga contándonos cosas, como por ejemplo el acoso laboral, la cesión ilegal de trabajadores, el dinero que produce la venta de papeletas para distintos sorteos y algo más de esas contradicciones o deficiencias jurídicas en los estatutos, sin olvidarnos de la firma del último Convenio…


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